miércoles, 21 de octubre de 2009

¡Oh! Happy day...

Que yo también sé soñar despierta que las noches son mejores si duermo en su pecho, Mario. Esas cosas se ven sólo con cerrar fuertemente los ojos. Si los abro lo veo a él y a sus pequeños grandes gestos. A mi miedo. Antes si tenía miedo, Mario. A los gritos, a las diversas maneras de aceptar como me hacían daño, que no duele más el que lo hace, duele más el que lo deja recibir. Duele no recordar quererse. Dicen que la única manera de vencer tus miedos es afrontándote a ellos…pero ya no siento miedo, Mario. Siento que no creo. Cuando te roban algunos recuerdos bonitos es fácil que las ilusiones se vayan con ellos. Y aborrezco las frases bonitas, los mundos que hablan de ti y de mí, de él y de ella, la gente que se enamora y la que se desenamora. No los entiendo, pero ellos tienen que comprender que ya no pueda hacerlo, no los juzgo por mirar sólo en una dirección, que no me juzguen a mí por poder mirar en todas. He dejado de preferir corazones, Mario; ahora me quedo con las almas. Y no con pocas, ¡que gracias! Hay que aprender con quién desnudarse, literalmente y no, que el amor parece nos pueda hacer más libres, pero hay gente que se olvida que ya venimos así de fabricación, que no, los abrazos no son dos brazos que se cierran, es un algo que se abre… y así lo siento. No hay que dejar que nadie nos cierre puertas que nosotros queramos abrir. Que nos tachen de ególatras, dejémosles Mario, sabemos quien recoge luego lo que se rompe, y éstos no son. Un día me dijeron que cuando se quiere a alguien hay que dejarle volar… Hay tantas cosas, y tan grandes…que a veces el amor no alcanza. Y mira que es lo más grande, sí, pero esta tendencia de hacerlo pequeño… Normal perderse en este abismo de vida, por eso la capacidad de elección, para elegir a lo que o a quienes nos hagan encontrarnos o encontrar lo que andamos buscando, aunque aún no sepamos qué, y para eso hay que equivocarse, hay que descartar, hay que probar, hay que conocer, hay que querer amar y querer poder…

Días de mierda hay a patadas pero dicen que no se sabe cuando ha sido un gran día hasta que ese día no ha pasado, así que por el momento habrá que esperar a ver que me depara el día de hoy en un futuro, y soy optimista, que me río Mario, me río yo de los guapos que deciden lo que es o no un gran día…

No hay comentarios:

Publicar un comentario